Saturday, January 13, 2007

Vanidad

A mi hermano le ha dado ahora por usar mi ropa. Y no hay otra cosa que me repatee más que es que otra persona use mis tejanos.
Con mis tejanos mantengo una relación que va mucho más allá que una simple relación persona-prenda de vestir-persona. Mis últimos tejanos me duraron más que una sesión –con anuncios y todo- de El Señor de los Anillos en Antena 3 TV. Aún guardo aquel primer trozo de tela de los bajos que se rasgó cuando bailaba la batuka. Aquellos tejanos resistieron doce años, y los tuve que tirar cuando ya se me transparentaban los calzoncillos. Pasé dos años buscando a su sustituto. Hubo que madurar la decisión, puesto que puede que sean los tejanos con los que mis hijos conocerán a su padre. Al final los encontré, después de muchos sábados por la tarde en centros comerciales, muchos abrochar y desabrochar botones y muchos amagos de derrame cerebral debido a la música demasiado alta del Berschka.
Pues bien, ahora a mi hermano le ha dado por usar mis tejanos sin mi permiso.
Y yo refunfuño un poco, pero ni quemo su Fender ni le escupo en la sopa.
Hay que tener en cuenta que mi hermano está mal calibrado y que lo más bonito que suele decir cuando algo le gusta es ‘psé’, y que acostumbra a soltar ‘menuda mierda de comida’ cuando mi madre se olvida gratinar los macarrones. Un sibarita, que se llama.
Así que el hecho de que le guste mi ropa debería tomarlo como un halago hacia mi buen gusto.
Pero el muy cabrón se pone mis tejanos, algo que considero sagrado. Y sé que si me planto en su habitación y le digo que no se los ponga más, seguramente me haga caso y, al menos cuando los vuelva a usar, no me los dejará tirados encima del escritorio.
Pero de momento seguiré protestando bajito desde la escalera, para que no se acostumbre a invadir mi territorio como Bush por su casa, pero para que siga diciéndome, a su manera, que tengo un gusto exquisito.

1 comment:

Kamikaze_pum said...

Jejejejejeje.

Quiero saber cual es el truco, a mi en mucho menos tiempo se me acaban viendo todos los bajos entre las piernas.

Un saludo