No somos nadie

Te pasas una tercera parte de tu vida con el agobio de los exámenes parciales, los totales, la selectividad, estudiando idiomas y feng-shui para engordar un currículum que luego el gerente resulta que sólo se mira la foto.

Te preocupas por las becas en la universidad y en hacer prácticas masturbando a conejos tan sólo para escalar posiciones en la escala social de masturbadores de mamíferos y conseguir un triste puesto de auxiliar en un laboratorio, para que luego únicamente aprueben la tesis doctoral aquellos que se curraron un buen powerpoint y que metieron un par de chistes sobre ADN en la presentación.

Intentas buscar un curro de lo tuyo. Pero ¿qué es lo tuyo si al fin y al cabo lo que haces te interesa una puta mierda? Y piensas que para ganar dinero mejor hacerse puto. Pero mancharías tu currículum, y eso nunca. Y te esfuerzas por parecer que haces tu trabajo a la perfección para ver si te suben el sueldo y te puedes independizar y pasarlas canutas el resto de tu vida pagando la hipoteca. Y desistes de ir a contracorriente porque el curro de lo tuyo te absorve toda la energía y cuando llegas a casa sólo quieres coger la cama. Y al día siguiente más de lo mismo. Y al otro. Y al otro.

Y luego te mueres.

Hay algo que no cuadra y sorprendentemente no es por culpa del cambio climático.